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Dictados como animación a la lectura y otras maneras divertidas de hacer dictados en clase

Los dictados son una actividad fundamental del área de Lengua. En todos los temas debemos hacer varios. Yo, personalmente hago cuatro como mínimo en cada tema. Sé que en muchas ocasiones, el temario es tan extenso que muchos profesores se olvidan de ellos. Pero, paremos un momento a pensar:¿Cuál debe ser uno de los objetivos principales de esta asignatura? Que los niños sepan escribir correctamente y sin faltas de ortografía, ¿o no? Por ello, considero que debemos darles el sitio y la importancia que se merecen.

Habitualmente, los dictados son una actividad que le gusta bastante a los niños. Aun así, podemos darle un toque especial para hacerla más motivadora, divertida y, en definitiva, efectiva.

Aquí os dejo algunas ideas que he utilizado yo en clase:

1.      Dictados como animación a la lectura:

¡Y matamos dos pájaros de un tiro! Súper sencillo. Cogemos un libro de los que tengamos en la biblioteca, escogemos un fragmento chulo y…¡a dictar! Lo ideal es que escojamos un fragmento divertido pero que les deje con la intriga y las ganas de seguir leyendo. Por ello, yo siempre lo tengo preparado de antemano y creo una diapositiva con una imagen de los personajes para aumentar la motivación de los chicos. De todas formas, si nos pilla el toro no pasa nada. Sobre la marcha podemos hacerlo y puede salir muy bien.

Es una actividad que a mí siempre me ha funcionado muy bien y, muchas veces, una vez terminado y corregido el dictado, los chicos piden seguir leyendo un poco más. ¡Genial! Objetivo conseguido. Hacemos una lectura cooperativa, cada alumno lee hasta llegar a un punto y aparte, por ejemplo. Y sí, sé lo que estáis pensando: la programación de ese día ¡a la porra! Pues sí, pero estamos leyendo (¿no es fundamental en Lengua?)y dejándoles con las ganas de seguir devorando ese libro o esa colección de libros. Ya acoplaremos la programación como podamos y seguro que hay contenidos a los que podamos dedicar menos tiempo porque seguro que no son tan importantes como este. (O así pienso yo)

2.  Dictados con lectura:

Escribimos el dictado en una diapositiva que proyectamos en la pizarra digital o lo escribimos a mano en la pizarra tradicional. A mí me gusta resaltar en negrita las palabras difíciles. Les dejamos unos minutos para que lo lean y desaparece. Empezamos a dictar. Como lo han leído previamente, tendrán menos faltas de ortografía, lo que aumentará su autoestima y motivación, principalmente para aquellos alumnos que por alguna DEA del lenguaje o simplemente porque se les da mal, están acostumbrados a tener muchas faltas de ortografía. Además, de esta manera, trabajamos atención y memoria, dos funciones ejecutivas fundamentales, así que, ¡a por ello!

3. Dictados por relevos:

Organizamos la clase por grupos y eligen un compañero dentro de ese grupo que será el encargado de ver el dictado, intentar memorizarlo y dictárselo a sus compañeros. Los compañeros de grupo lo escriben en la pizarra, por turnos, cada uno una frase y entre ellos se corrigen. Gana el grupo que consiga acordarse mejor del dictado y que lo escriba con menos faltas.

4. Dictado robot:

Este puede ser un poco más complicado de llevar a cabo. Consiste en tener el audio del dictado grabado y reproducírselo en clase. Algunas editoriales como Anaya (que es la que yo uso)te ofrecen este tipo de dictados. Si no es vuestro caso, existen páginas web como dicta 2.0 donde puedes subir un dictado en Word y ellos te reproducen el audio. Es una manera diferente de hacerlo y así se acostumbran a voces diferentes de las de su profe.

5.  Dictamix:

Al final del tema me gusta hacer una dictamix o dictado mix, es decir, combinar frases o fragmentos de los dictados que hemos hecho previamente en el tema o a lo largo del curso. El objetivo es que recuerden las faltas que tuvieron en esos dictados y que no las vuelvan a cometer. Normalmente, les aviso con antelación para que revisen las faltas que tuvieron. Muchas veces, los errores que cometen son por falta de atención o por distracciones y, de esta manera, las estaremos evitando.

6. Dictado a partir de las faltas:

Con el mismo objetivo de conseguir que se fijen en los errores que han tenido en dictados anteriores ,escogemos a un alumno y le pedimos que nos diga una falta que tuviera en el dictado anterior. Ha del verbo haber sin hache, por ejemplo, un clásico. Escogemos otros dos alumnos más y hacemos lo mismo. Ahora, entre todos, nos inventamos una frase que contenga esas tres palabras. A veces, nos van a quedar frases muyyy extrañas, pero divertidas y les estamos haciendo pensar cuál ha sido su falta, en qué otra ocasión podrían cometerla y poniendo en marcha su creatividad, así que ¡fabuloso!

Y seguro que algún otro tipo de dictado se me queda en el tintero, pero todas estas maneras a mí me funcionan.

Sea cuál sea la forma que elegís, tened en cuenta que:

  • Siempre hay que corregirlos: hacer un dictado y no corregirlo tiene la misma efectividad que no hacerlo.
  • Premiad el hecho de no tener faltas o bajar el número de faltas: hay que motivarles de alguna manera. Con puntos de Dojo, con pegatinas, con una carita sonriente en el cuaderno, con un aplauso o con todo a la vez. Y, sobre todo, no solo premiéis el no tener ninguna falta, que por supuesto es maravilloso. Recordad que algunos alumnos, por el motivo que sea, siempre tienen tropecientas faltas por mucho que se esfuercen, así que acordaos de premiarles el día que consigan tener una menos de tropecientas, aunque sean 19, pero han mejorado y se lo merecen ;)

Publicado el
12/1/2022
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